Estudiar y trabajar, no es tan diferente

¿Te acuerdas de cuándo estabas en el colegio, instituto, universidad… y tenías que hacer un trabajo para una asignatura? seguro que hace mucho tiempo de esto, pero si no recuerdo mal, el trabajo estaba diseñado para que pudieses demostrar:

A. Tus habilidades expositivas para desarrollar un tema en particular.

B. Tus conocimientos sobre el tema elegido.

C. Tu capacidad para desarrollar un pensamiento crítico/científico.

D. Tu capacidad analítica.

Por otro lado, también se debía de presentar el trabajo con arreglo a una estructura:

1. Planteamiento y definición del problema: definir los límites del caso que vayas a analizar y decir por qué es interesante.

2. Formular una hipótesis acerca del problema: establecer algún tipo de correspondencia entre dos o más variables relacionadas con el tema elegido, de modo que ayuda a comprender mejor el problema.

3. Aportar algún tipo de evidencia sobre la hipótesis establecida: pueden ser datos, ejemplos, etc…

4. Análisis de las evidencias aportadas y su relación con el problema y la hipótesis expuesta.

5. Conclusiones: dejar clara tu posición respecto del problema planteado, en concordancia con todo lo expuesto anteriormente.

¿A qué te recuerda esto? ¿Sabemos aplicar lo aprendido? ¿No se parece a las pautas que sigues en tus reuniones y día a día laboral?

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